Extraído de un estudio más general sobre
la historia urbana de Rodalquilar, del que daremos cuenta oportunamente,
nuestro amigo Rodolfo Caparrós nos avanza un interesante artículo sobre
la plaza del Tenis, y el contexto histórico y urbanístico que explica su
nombre.
Puede sostenerse
que el actual pueblo de Rodalquilar es el resultado de la decisión de la
compañía “Minas de Rodalquilar, S.A.” de ubicar la planta Dorr al pie del cerro
de las Corralizas, junto a una de las entradas a la mina Consulta. En torno a
la planta metalúrgica, la primera basada en el procedimiento de cianuración que
se instala en este coto aurífero, se organiza la parte industrial y
administrativa de la Empresa, inaugurando un fecundo diálogo entre el
Rodalquilar minero industrial y el Rodalquilar “civil”, que se articula sobre
las preexistencias rurales del entorno, y, muy especialmente, del Estanquillo.
Ese diálogo entre las dos almas de Rodalquilar se mantiene actualmente, aunque
la heredera de las distintas instalaciones urbano-industriales de Rodalquilar,
la Consejería de Medio Ambiente, se dedique a actividades bien distintas a las
originales.
El paso del
tiempo, y la carencia, hasta tiempos recientes, de estudios sobre este periodo,
crearon y alimentaron el mito de que esta era la época de “los ingleses”. Las
publicaciones de Francisco Hernández Ortiz y de Andrés Sánchez Picón,
y las tareas de divulgación realizadas en el marco de la conmemoración del 50
aniversario del cierre minero de Rodalquilar, han contribuido a arrojar luz
sobre este periodo, y a situar la presencia británica en la etapa de “Minas de
Rodalquilar” en sus justos términos. A modo de resumen:
–
La
Compañía “Minas de Rodalquilar, S,A,” se funda con capital mayoritario del
Banco de Vizcaya. Este predomino accionarial queda patente en la composición
del Consejo de Administración, y en que sean vascos los encargados de la
dirección de la explotación.
–
En
este Consejo de Administración aparecen otros componentes no ligados con el
capital mayoritario. Por una parte, Pedro Albarracín (cuñado de Juan
López Soler), que representa los derechos registrales de la explotación de
las minas. Por otra, el componente “británico” está representado por Bassil
Zaharoff (Basileos Zacharias), grecochipriota nacionalizado ruso,
accionista mayoritario de la compañía armamentística Vickers, ésta sí,
británica. Esta compañía participaba, a su vez, a la Tigón y La Naval. Las tres
habían tenido presencia en el coto minero de Rodalquilar en los años previos a
la constitución de “Minas de Rodalquilar, S.A.”. Como asesor técnico del
Consejo de Administración aparece Leopold Kessler, judio alemán, formado
como ingeniero de minas en la más prestigiosa escuela técnica alemana de la
época. La referencia a la condición judía de Kessler es relevante, en primer
lugar por su papel destacado en el movimiento sionista, y por otra, porque como
consecuencia del antisemitismo nazi, Leopold Kessler acaba adoptando la
nacionalidad británica.
–
Pero
ninguna de las circunstancias del punto anterior explicaría la percepción local
de “los ingleses”. Solo tenemos constancia de una visita de Leopold Kessler a
Rodalquilar, a finales de octubre de 1929. La presencia de súbditos de su
graciosa Majestad en nuestro valle en este periodo minero tiene que ver, sobre
todo, con la adquisición de la planta Dorr por parte de la Empresa “Minas de
Rodalquilar, S.A.” . Aunque la empresa Dorr es estadounidense, como su
competidora, la Denver, que contribuiría a escribir el otro episodio destacado
de la historia minero-metalúrgica de Rodalquilar, la adquisición se produce a
través de la delegación en Londres de la empresa Dorr. Esta adquisición no
consiste solo en la maquinaría, sino que lleva aparejado el asesoramiento
técnico en la instalación de la planta, y en su ajuste a las características de
las menas de cuarzo del yacimiento. Es esto lo que explica la presencia de
técnicos británicos en las tareas relacionadas con la planta metalúrgica Dorr y
con los laboratorios ubicados en el poblado de San Diego, junto a la rambla de
la Pedrera y la carretera por la que se accedía a Rodalquilar desde Los
Albaricoques.
En resumen, la
presencia inglesa en esta época minera de Rodalquilar puede considerarse
limitada. Sin embargo, fué lo suficientemente importante para producir un
impacto duradero en el imaginario rodalquilareño.
Si indagamos
sobre los motivos de este impacto, habría que señalar el momento previo a la
constitución de “Minas de Rodalquilar, S,A,”, en el que las actividades de la
Vickers y la presencia de técnicos británicos evaluando las condiciones del
coto minero fueron intensas, tal como refleja la prensa de la época. Por otra
parte, los técnicos ingleses de la planta Dorr si tuvieron una estancia
prolongada en Rodalquilar.
La atracción de
lo exótico explicaría el impacto en la población local. También debió
contribuir la conocida costumbre británica de mantener sus hábitos y
tradiciones en cualquier lugar del planeta donde se establecen.
Familia británica en la
India, ataviados para jugar al tenis (finales de los años '20).
Y es aquí donde encaja la cuestión del tenis.
Nuestros amigos
británicos implantaron el tenis en Rodalquilar. Construyeron dos pistas de
tenis. La principal (la pista central) la situaron donde en la actualidad se
encuentra la plaza del Tenis (el Tenis, como se ha conocido siempre en el
pueblo a ese rincón). También habilitaron otra en el poblado de San Diego,
junto a las edificaciones que albergaban almacenes y laboratorios.
Hoy vamos a
centrarnos en la pista de tenis del pueblo.
Su ubicación está
clara, en especial por el mantenimiento a lo largo del tiempo de su
denominación. Esa es la maravilla de los nombres de lugar: su capacidad para conectarnos
con significados que tienen su origen en otros momentos, lo que transporta en
el tiempo información sobre ellos, y mantiene abierta la puerta de la
curiosidad de los que se interrogan sobre el por qué de los nombres. Por eso
debemos ser cuidadosos con el manejo de la toponimia, verdadero patrimonio
inmaterial.
Sobre su
emplazamiento preciso, en cambio, las dudas han ido incrementándose conforme
desaparecían los rastros físicos que la denotaban.
La reciente
publicación de las fotos aéreas del vuelo americano serie A (1944-45) nos ha
ofrecido la posibilidad de interpretar ese emplazamiento. En esa fecha, la
recién llegada empresa ADARO ya se había hecho cargo de la explotación del coto
minero, utilizando el sistema minero (explotación, transporte y metalurgia) de
“Minas de Rodalquilar, S,A,”. Faltaban todavía diez años para que se iniciara
lo que podemos llamar Rodalquilar Denver, la época de gran expansión de
Rodalquilar bajo la minería pública.
En esa foto,
aparece nítidamente una plataforma delimitada, que corresponde con la pista de
tenis. Si dibujamos sobre la foto las dimensiones del terreno de juego, vemos
que encaja perfectamente con la pista y el espacio perimetral de maniobra de
los jugadores.
Rodalquilar en 1945.
Interpretación del emplazamiento de la pista de tenis.
Sin embargo, la pista aparecería atravesada por la calle Santa Bárbara, y la salida del pueblo, lo que podría cuestionar esta interpretación. Pero no debemos olvidar que en la década de los '30, en la que estaría la pista en funcionamiento, la salida del pueblo se producía por la calle Los Gorriones, por lo que la pista se podría utilizar sin interferencias viarias. Esta disposición del viario en los años '30 queda documentada en la foto de Arnold Heim de la planta Dorr, que nos permite también una interpretación de la situación urbanística del actual pueblo de Rodalquilar en la época.
La planta Dorr, y el
emplazamiento del pueblo actual, en 1932. Foto Arnold Heim.
La red del campo de tenis se situaría en el límite interior de lo que ahora es la pista de petanca, de forma que la actual plaza del Tenis correspondería con la mitad meridional de la original pista. Como dato curioso, la anchura de la plaza actual coincide exactamente con el ancho reglamentario de una pista de tenis (10,97 mts).
Otro dato digno
de consideración: Rodalquilar fue el primer núcleo del municipio de Níjar en
contar con una pista de estas características. A día de hoy, es el único núcleo
del municipio que no cuenta con pista de deportes.
Cabe preguntarse
si, a la vista de esta documentación, no merecería la pena alguna intervención
en el espacio público que reforzara el recuerdo de la pista de tenis, arrojando
luz sobre la presencia británica en esta fase de la historia minera de
Rodalquilar, que coincide con su fundación urbana.
La pista de tenis, sobre una cartografía urbana
actual.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario