El Gobierno de la II
República, posiblemente espoleado por el éxito aurífero alcanzado por la
empresa Minas de Rodalquilar, S.A., declara a favor del Estado una extensa
reserva minera en la Sierra del Cabo de Gata y encarga en 1935 al Instituto
Geológico y Minero de España (IGME) un importante plan minero-metalúrgico.
El Instituto Geológico se
marcó como objetivo un ambicioso programa de investigación minera que incluía
básicamente cuatro apartados: el primero era el reconocimiento de filones
auríferos cuya existencia ya se conociese, haciéndolo mediante calicatas,
análisis y pocillos. El segundo era la búsqueda de filones no descubiertos
hasta aquellos momentos. El tercero era el reconocimiento de los aluviones de
las ramblas. El cuarto era la realización de ensayos industriales de
cianuración para el beneficio de oro.
Respecto a los ensayos
industriales de cianuración, se propuso la utilización de una pequeña planta
transportable de cianuración con capacidad para unas 10 toneladas de mineral
aurífero al día. Se estimó que el coste de la instalación metalúrgica sería de
150.000 pesetas y que se necesitarían 10 hombres para manejarla con un coste
diario de 77 pesetas.
Pero por diferentes motivos,
el IGME no concluyó las investigaciones planificadas, en su propuesta de
trabajos para Rodalquilar para el año 1935, quedando todo en resultados
parciales y no habiendo funcionado nunca la planta transportable de cianuración
con capacidad para tratar unas 10 toneladas de mineral al día (Fuente de
los datos: Servicio de Documentación del IGME en Madrid).
Se puede decir que esta
instalación metalúrgica contemporánea de la Sierra del Cabo de Gata, fue la
instalación metalúrgica que nunca existió.
¡¡ Hasta la próxima !!
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